lunes, 17 de enero de 2011

!Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing! Suena el timbre en el IES Benazaire. !Por fin acaba la tediosa clase de economía! Coges la merienda, vease, zumo en versión mini tetrabrick de Zumosol, marca estrella de Pascua un bollycao de Panrico y un platano del ultramarinos de Ivana y Paco “casa Paco”. 

Tal vez creas que estas disfrutando de una merienda estupenda, en un día estupendo, antes de volver a las clases pero, ¿todo es tan sencillo? Un profesor de economía como el que acabas de dejar con la palabra en la boca al oír el timbre, ve otra cosa. Os ve, a ti y a tu merienda, como jugador@s de un un intrincado juego de señales y negociaciones, competencias de fuerzas y batallas dialécticas. Este juego es resultado de un compendio de cuestiones importantes: algunas personas que trabajaron para que tengas delante de ti esa merienda ganaron mucho, otras ganaron muy poco, y otras están interesadas en el dinero que tienes en el bolsillo en este momento, si tienes, claro. El economista puede decirte quién obtendrá qué, cómo y por qué.

Tu merienda resulta intrigante para el economista por otra razón: él no sabe como hacer un tetrabrick de zumo, y sabe que el resto de las personas tampoco lo sabe. ¿Quién podría presumir de poder tener un gran naranjal, recolectar las naranjas, conservarlas, exprimirlas, embotellarlas, creando previamente los envases de tretabrick “altamente contaminantes” formados por plástico polietileno y aluminio, así como las pajitas y el plástico que las envuelve. Tu zumo o tu bollycao reflejan el resultado de un proceso complejo. No existe una sola persona en el mundo que pueda producir por sí misma todo lo necesario para hacer ese tetrabrick de zumo. 

Cuando el economista aparta la mirada de ese zumo, del bollycao y del plátano y mira más allá del instituto, los desafíos se vuelven mayores. ¿Por qué pagas por un café a la salida de la estación de metro de Gran Vía en Madrid el triple de lo que pagarías en el restaurante la Marina en Herrera del Duque? ¿Por qué en los supermercados existen refrescos genéricos de Fanta o Coca-Cola con ese diseño y sabor tan horrible? ¿Por qué cuando has comprado un paquete de patatas fritas en una gasolinera entre Badajoz y Herrera del Duque piensas en lo caro que son las cosas en las gasolineras? 

Es por ello que surgen los economistas camuflados. Yo, tú, él/ella, nosotr@s, vosotr@s y ell@s: Tod@s. Porqué quizás creas que estas ante un simple café,  ante un refresco más barato o frente a las patatas fritas cortadas con el mayor cariño del mundo, pero nosotros, “los economistas camuflados” vemos otras cosas: el
reflejo, el fin, el producto, el resultado de un sistema de complejidad asombrosa. Nosotr@s podemos explicarte cómo funciona este sistema, como las empresas intentarán explotarlo y cómo tú, como consumid@r, puedes defenderte y protegerte.

El sistema funciona extraordinariamente bien. Cuando tu madre compró ese zumo, o el bollycao, probablemente lo hiciera sin que fuera necesario que avisaras con un mes de antelación a la fabrica de Pascual o de Panrico para que lo hicieran para ti. Quizás, cuando saliste de tu casa ayer por la mañana, ni siquiera sabías que hoy tendrías ese zumo en tu estomago. Sin embargo, mágicamente, muchas personas hicieron todo lo necesario para cumplir con tus impredecibles deseos: agricultores, recolectores, empleados 
de la fabrica, distribuidores y empleados de la tienda en la que lo compraste, entre otros.

Sientate, mira a tu alrededor, lapices, estuche, pizarra, profesores, libros, mp3, móviles, zapatillas, pantalones...todo lo que observas a tu alrededor es el resultado de un intrincado juego de señales y negociaciones, competencias de fuerzas y batallas dialécticas. Este juego se produce por cuestiones importantes: algunas personas que trabajaron para que tú tengas esas cosas delante de ti ganaron mucho dinero, otras ganaron muy poco, y otras están interesadas hasta en el último céntimo que tienes en tu bolsillo en este momento.

Tal vez creas que estas disfrutando de un vaso de Coca Cola, tú decides, pero nosotr@s, los “economistas camuflados” vemos otra cosa. Os vemos, a ti y al vaso de Coca Cola resultado de un proceso de creación, fabricación, comercialización y, en un mundo global, de consumo. ¿Acaso miras las etiquetas de los productos que consumes? ¿Serías capaz de decir cuántos productos ideados y fabricados en Herrera del Duque existen? ¿Y en Badajoz? ¿España? 

Ahora, los economista camuflados están observando la cantidad de coches que circulan por las calles. ¿Realmente son necesarios tantos coches? ... 

¿Qué es lo que vemos los economistas camuflados? ¿Qué te diríamos si te tomaras la molestia en preguntarnos? ¿Por qué deberías hacerlo? Pregunta, pregunta...

Texto adaptado de la obra "El economista camuflado", de Tim Hardford.

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