viernes, 28 de septiembre de 2012

Toma de decisiones: los incentivos

Que la motivación humana "mueve montañas" es algo que todos compartimos...
Los incentivos son estímulos que despiertan nuestra motivación y, consecuentemente, nos mueven a alcanzar nuestros objetivos
La teoría económica clásica nos dice que los individuos se mueven por interés personal y que es la busqueda de ese interés personal la que provoca que una sociedad avance. Los establecía Adam Smith en el siglo XVIII:


"No es por la benevolencia del carnicero, del cervecero y del panadero que podemos contar con nuestra cena, sino por su propio interés"




Existen tres tipos de incentivos:
Económicos: bonifican o penalizan las acciones, tales como las suvbenciones, las becas, las sanciones o los impuestos.
Sociales: suponen la aceptación de un grupo, por ejemplo, ser el capitán de un equipo de fútbol.
Éticos: conllevan actuar sobre los valores como el fomento de la interculturalidad, la no violencia, el respeto a los mayores, al medioambiente, etc...
Los gobiernos, las empresas, los papás y mamás saben de la importancia de los estímulos en la toma de decisiones y actuan sobre ellos, alterando la valoración coste-beneficio y modificando, por tanto, la conducta.
¿Quién no ha tenido un incentivo de los padres por aprobar?
Ayer en expansión nos contaban como el gobierno relanzaba uno de los estímulos al consumo que más se utiliza en España, los incentivos a la compra de coches; se llamará PIVE: Plan de Incentivos al Vehículo Eficiente. Según los distintos ámbitos empresariales del sector:
"mejorar las matriculaciones tiene múltiples efectos positivos: para las fábricas y concesionarios por la mejora de ventas; para el medio ambiente y seguridad vial, al modernizar el parque móvil; para otros sectores dependientes (aseguradoras, financieras, talleres); y también para las propias arcas públicas"
¿Es casualidad la mala calidad de nuestros políticos
Un artículo muy interesante del El Confidencial , escrito por Juan Manuel Blanco en 2010, nos llama la atención sobre el incorrecto sistema de incentivos que existe para dedicarse a la política:
"para las personas de acreditada valía y contrastada integridad, la política tan sólo ejerce el atractivo del prestigio y la satisfacción de servir a los ciudadanos, a costa de una pérdida material. Y, dado que este prestigio, se va reduciendo según se generalizan los políticos ignorantes o corruptos, la proclividad de los individuos honrados y profesionalmente competentes a dedicarse a la actividad pública no sólo es pequeña, sino que disminuye paulatinamente, lo que contribuye a una progresiva degradación de la clase política"
James Buchannan,  premio nobel de Economía en 1989 por la teoría de la elección pública, unió Economía, Política y Estado siriviendo de referencia para el funcionamiento político-económico actual y explicando, como aspecto negativo, como los dirigentes intentarían maximizar la posibilidad de ser reelegidos:
"podría argumentarse que los ciudadanos han llegado a esperar pan y circo de sus políticos. Si sus políticos no ofrecen tales cosas, elegirán a otros políticos en su lugar. En vista de estas perspectivas, hay pocos políticos dispuestos a negarse a ofrecer pan y circo. Después de todo, ¿no es más agradable cumplir que rechazar los deseos de su electorado?

¿Sabéis que en las empresas chinas no suelen concederse incentivos individuales por los efectos negativos que provocan?  Se prefieren los grupales.
Los países comunistas siempre han sido tildados de no manejar incentivos, provocando la desidia en el trabajador.
Buen fin de semana para todos...en Badajoz, ALMOSSASSA, si el tiempo lo permite.


2 comentarios :

  1. Puede que, con la falta de libertad, la ausencia de incentivos sea el gran fallo del sistema comunista.

    La motivación es fundamental, mucho más importante de lo que parece por lo poco que hablamos de ella. La pasamos por alto en demasiadas ocasiones, cuando para hacer cualquier cosa debemos tener un motivo, por muy sencillo que este sea.

    Una persona motivada es una persona que sabe muy bien por qué tiene que hacer algo y que, por lo tanto, tiene muy claro lo que debe hacer, el camino que debe seguir. Por eso, una sociedad en la que los individuos no saben por qué deben hacer una cosa u otra es una sociedad sin rumbo. De ahí el problema del comunismo con los incentivos.

    ResponderEliminar
  2. El motivo es el fín Manuel, la motivación una guía pero, ¿y si el fin no fuera deseable? Tendríamos una motivación hacia algo negativo...

    ResponderEliminar

Deja tu comentario...