Cuando estudié en el ISMAI (Instituto Superior da Maia) en Castelo da Maia (Porto) me quedé muy sorprendido de la importancia que daban al delegado así como a las asociaciones de estudiantes.
Una anecdota que viví durante mi estancia fue que los alumn@s de mi turma (clase, en portugués), podían perfectamente emitir un juicio a la dirección sobre el rendimiento de un profesor en cuestión. Pensareis, !estais perdidos!, porque si el alumnado tiene este tipo de poder puede ocurrir que, si un profesor pone muchos exámenes o es muy exigente, nos quejamos y que le llamen la atención...
Esto, creerme, no ocurría, porque el alumnado asumía la responsabilidad de sus comentarios y sus decisiones, se implicaba en su eduación y con ello, la calidad de la misma aumentaba...Lamento que la actitud anterior se observe mucho en España...
Este año, muchas veces, os he dicho: "el nivel de nuestros políticos es consecuencia de la falta de conocimiento económico y político de los españoles"..."si queremos elevar este nivel, seamos más exigentes mostrando un mayor conocimiento". Lo mismo ocurre en educación; la calidad de la educación es consecuencia de un proceso bidireccional: nosotros os enseñamos, vosotros aprendeis, vosotros nos enseñais, nosotros aprendemos.
Eligiendo a un delegado por los cauces democráticos pretendo que comprendáis que se os considerará siempre y cuando os hagáis merecedores de dicho respeto, con coherencia, compañerismo, responsabilidad, espíritu de grupo, comunicación, proactividad y trabajo.
Aqui teneis un ejemplo de candidatura...
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