Toma de decisiones: eficiencia y equidad

Despúes del fin de semana volvemos con el cuarto y último principio en que se apoya la Economía para tomar decisiones: EFICIENCIA y EQUIDAD.

Estamos ante una de las más importantes disyuntivas a la que debe hacer frente un país: elegir entre ser más eficiente, es decir, tender hacia un mejor aprovechamiento de los recursos, o ser más equitativo, repartir los recursos de forma igualitaria. Con matices...

Después de la segunda guerra mundial, tras los efectos devastadores de la misma y la generalizada crisis económica consecuencia de la Gran Depresión, comienza a hablarse de "Estado de Bienestar" como una combinación de Capitalismo, Democracia y Bienestar Social; una Economía mixta, entre el capitalismo y el comunismo.

Los gobiernos podían regular a las grandes empresas y los mercados financieros para distribuir la riquieza en pro de un mayor bienestar social que evitara el malestar imperante tras las guerras.

Pero, eficiencia y equidad no son conceptos opuestos, no deberían entenderse como una lucha entre más eficiencia menos equidad y viceversa, como una lucha entre capitalismo y comunismo, sino como algo complementario: cuánto mejor se aprovechen los recursos, más necesidades se pueden satisfacer...A MÁS EFICIENCIA MÁS EQUIDAD.

En Europa se distinguen cuatro modelos de Economía del Bienestar en base a la relación eficiencia-equidad. Como se observa en el gráfico, el modelo mediterraneo, presenta una baja eficiencia (altas tasas de desempleo, baja productividad) unida a una baja equidad (reparto igualitario de oportunidades). 

Para que podamos pensar en estas diferencias y entender la dificultad que entraña el concepto de equidad, he rescatado un artículo que compara la educación en Finlandia y España, publicado en la información, señalando según el Ministerio de Educación finlandés que:

“La uniformidad en los resultados de los estudiantes finlandeses es una fortaleza del país. La diferencia entre los mejores y los peores es de las menores de toda la encuesta PISA”

El debate eficiencia-equidad es un debate que va más allá de la propia economía, pues depende de la cultura, de la idiosincrasia, de las preferencias históricas de los países. En España, se asocia la eficiencia a la economía productiva, al empresario capitalista; la equidad, a los subsidios sin contraprestación...

Los finlandeses y el resto de los países nordicos, igual que actualmente países en vías de desarrollo como Brasil, están entendiendo que la mejora en el funcionamiento de un país, como si de una empresa se tratara, es consecuencia directa de la mejora tanto en el aprovechamiento de los recursos como en el desarrollo de una idea común de equidad entre sus ciudadanos. 

¿Dónde está el proyecto ESPAÑA?